Armando Rubio Huidobro

Esta vieja costumbre en consecuencia de amanecer cansado cada día con la cara de siempre, el mismo aspecto -cordero estupefacto, ¡no hay derecho!-, la liturgia […]

Si la vida consiste en poner caras pondré unos ojos dulces y labios sonrientes, para que Dios, fotógrafo en las nubes, complete su álbum familiar.

Soy bestia umbilical, delgada y andariega, con un aire de pájaro en la calle. Atado a los semáforos por ley irrevocable. Suelo ser atacado por […]

No sé de dónde viene mi costumbre de agravarme a las siete de la tarde. Quizá sólo por ser un transeúnte sin bigote o pañuelo, […]

Indiferencia del mundo y de las cosas hacia mí; indiferencia mía hacia el mundo y las cosas: mutua correspondencia. Transito y caigo de pie. La […]

La tarde se asolea, azul, en la plaza. Las palomas se congregan luminosas y amargas entre volantines y esferas que se enredan en los cables. […]

Soy un oscuro ciudadano abandonado en medio de las calles por el cuchillo sin pan del mediodía, despojado y marchito como el reloj de las […]

Engominado, pulcro, penetro en las iglesias altivamente cirio con mi cara de hostia dominguera. Y me arrodillo, y me confieso, y me persigno, y regreso […]