Abro la puerta, y el olor del agua
Al horadar la tierra entra en la sala:
Lento vapor que liga el aire y deja
Una semilla de alegría
En la piel:
pasan las horas,
La lluvia no remite,
La semilla se ha vuelto tallo
Y se enrosca en torno a mi cuerpo;
Afuera llueve, pero un sol se alza
Ante mis ojos, que ya olvidan
El gris vencido de la lluvia:
Árbol que ofrece luz, no sombra,
Bajo sus ramas
Sonrío, sin saber por qué sonrío.