A Manuel Salazar
Con qué ilusión entona la cigarra
Creyéndose que el sol viene a su canto.
Hasta la sombra quema y ella en tanto
Vierte a chorros su son bajo la parra.
Cielo de añil bruñido por la lengua
De un lebrel que a la sombra busca alivio.
En la siesta en penumbra un hilo tibio
De luz hilvana el sueño que se amengua.
Tal vez la muerte es esto: un disgregarse
Mecido en las mareas de un sol ciego.
Tú lo sabes, Manuel; que al despertarse
La muerte ayer te vio… Pero hasta luego:
Juntos muy pronto oiremos la chicharra
Cambiando en sol de oro su chatarra.
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