El agua es sólo quien recuerda.
Fluye impasible, calcinando
Los azules del presente
En la niebla del pasado.
Reúne sigilosamente,
Símbolos oscuros, olvidados,
Piedra sobre piedra
Siempre resucitando.
Los recuerdos enteros
Se van manifestando
Unos a otros, precisos
Untos de nuevo, enlazados.
Están en equilibrio
Sobre un mundo cansado,
Que se eriza convulso
Pero sin rechazarlos.
Y es que allí el deseo,
Sólo por confortarlos,
Fluye lento, como el agua,
Siempre recordando.