Serrana de mis deseos

Serrana de mis deseos
herido de amor me avéis,
que aún me traigo las señales
en las manos y en los pies.

Por vos, hermosa serrana,
a aquella tierra baxé
para ser lo que no era,
aunque sin dexar mi ser.

Un jueves en una cena
tanto por vos me empeñé,
que se creyó, por ser tanto,
como una cosa de fe.

A vuestras puertas clavado
ser muy hombre me mostré,
pues vencí vuestros contrarios
siendo solo y ellos tres.

Abierto os traigo mi pecho
para que en él os entréis,
ved que está sin coraçón,
como no estáis vos en él.

Como vos, serrana hermosa,
sois perdida por comer,
os traigo un plato cubierto
que puede comerle el Rey.

Quiero una música daros,
pues que de galanes es.
Músicos de mi capilla,
dezid como yo diré:

“Pastora del alma,
escucha mi voz,
que a tu puerta en cuerpo
me tiene el amor.

Hermosa como la luna
y escogida como el sol,
escucha mi voz.

Con uno de tus cabellos
me has herido el coraçón,
escucha mi voz.

El Rey tienes a tus puertas
en trage de labrador,
escucha mi voz.

Éntrame dentro y verás
que en mí vino a verte Dios,
escucha mi voz.
Pastora del alma, &c.

Más noble soy que David,
más sabio que Salomón,
escucha mi voz.

Más rico soy que Abraham
y más galán que Iacob,
escucha mi voz.

Soy más que Absalón hermoso
y más fuerte que Sansón,
escucha mi voz.

Que aquéstos fueron mi sombra,
pero yo solo el que soy,
escucha mi voz.

Pastora del alma, &c.

Abreme, paloma mía,
y cenaremos los dos,
escucha mi voz.

Pan y vino que en el cielo
nadie lo come mejor,
escucha mi voz.

En mí te quedarás tú,
en ti me quedaré yo,
escucha mi voz.

Dios soy, alma, y si me comes
serás lo mismo que soy,
escucha mi voz.

Pastora del alma,
escucha mi voz,
que a tu puerta en cuerpo
me tiene el amor.”


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Poema Serrana de mis deseos - Jose Valdivieso