Ofrenda

Toma, si acaso sirven, estas manos,
para enjugar tu llanto, si es que lloras,
para estrechar las tuyas si es que imploras
y velarle a tu sombra sus arcanos.

No pretenden tejer juegos profanos
ni sacudir el polvo de tus horas,
les basta ser las manos bordadoras
del tapiz de tus sueños más lejanos.

Allí estarán suspensas en la orilla,
esperando la nota más sencilla
que se desprenda de tu pentagrama.

Y serán las humildes mensajeras
de las líneas que quedan prisioneras
en la eterna ceniza de la llama.


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Poema Ofrenda - María Cristina Orantes